Titón quedó totalmente
desconcertado ¿qué hacía Górmul allí? y lo más importante ¿por qué le había
salvado la vida? El cansancio limitaba
la capacidad del anciano Flaimer para pensar. Sin moverse, permaneció atento a
todo lo que sucedía a su alrededor, tratando de no desmayarse por la fatiga.
Górmul
siguió lanzando conjuros que estremecían el cielo. Los No-Muertos caían
fulminados por los ataques del Amo Negro. El Capitán Troll lanzó un bramido
terrorífico que hizo temblar el aire. Muertos de varios lugares acudieron a la
llamada de su líder y atacaron a su nuevo objetivo con una rapidez y
coordinación fabulosas. El traidor de Górmul invocaba terribles conjuros en los
que mezclaba varios elementos: el fuego se mezclaba con el aire levantando a
los enemigos en un torbellino de llamas
o conjuraba olas gigantes de agua que arrastraban rocas enormes para
pulverizar a los atacantes. Los No-Muertos eran rechazados o destruidos como si
fueran pequeños insectos. El poder del Amo Negro era inmenso y devastador.
Pero
Titón observó algo extraño; Górmul usaba mucho poder sin necesidad y lo
malgastaba sin razón. Apenas tres zombis se le acercaban por la derecha y El
Amo Negro lanzó una increíble roca
ardiente que aplastó a sus enemigos. Titón conocía ese hechizo y sabía
perfectamente que invocar una roca de un tamaño tan grande y combinar el
conjuro con fuego requería usar mucho poder. A juicio del viejo Flaimer con un
azote de fuego e incluso con una lluvia de rocas los tres zombis hubieran mordido
el polvo sin necesidad de malgastar tanta energía. En esto pensaba el anciano
cuando Jálibu invocó una pequeña ventisca que congeló a dos esqueletos que se acercaban por detrás y
seguidamente lanzó una lluvia de piedras que hizo estallar los bloques de hielo
como si fueran de cristal, destrozando a
los dos No-Muertos de su interior.
Así
transcurrió lo que a Titón le parecieron horas. El anciano Flaimer se esforzaba
por mantenerse despierto y no desmayarse, pues el cansancio era cada vez mayor.
La sorprendente aparición de Górmul lo
había dejado intrigado, no comprendía nada de lo que estaba pasando.
Como
si de una respuesta se tratase, ocurrió algo que vino a contestar las preguntas
de Titón. Con los ojos abiertos como platos, sin poder creerlo, observó de nuevo el campo
de batalla. Górmul había destrozado cientos y cientos de No-Muertos pero con la
misma facilidad con la que los aniquilaba aparecían otros enemigos que
remplazaban a los caídos. La horda de muertos no tenía fin. De repente el Amo Negro
dejó de defenderse e hincó la rodilla en el suelo...¡¡¡Había gastado todo su
poder!!! ¡¡¡Estaba exhausto!!! Sin poder creérselo Titón vio como el más
poderoso de sus enemigos se daba por vencido. Górmul se había quedado sin
energía y por tanto indefenso. La escena volvió a repetirse, los esqueletos
reían ante la debilidad de Górmul y lo rodearon. El Capitán Troll se aproximó
donde estaba Jalibú mientras acariciaba
su gran mazo con aire desafiante.
-
Ha llegado el momento, ahora soy vulnerable,
libérame de esta carcasa mortal – dijo Górmul jadeante dirigiéndose a la
monstruosa bestia ¡Libera a Oscuridad!- gritó con una terrible potencia.
Sin esperar, el capitán Troll descargó su gran maza sobre la cabeza del Amo
Negro con un golpe mortal.
A Titón le
pareció que Górmul sonreía en el preciso instante en que la maza aplastaba su
cabeza. Jálibu cayó fulminado por el
golpe muriendo en el acto y una gran onda expansiva brotó de su cuerpo lanzando
a todos por el suelo. El anciano Flaimer quedó tirado boca abajo observando con
incredulidad lo que acababa de pasar: ¡¡¡Górmul había muerto!!! Pero su
esperanza duró apenas unos instantes pues vio algo que le lleno de terror y congoja.
El cuerpo del Amo Negro comenzó a llenarse de una luz morada y tétrica. Un
pitido ensordecedor y doloroso inundó los oídos de Titón para después contemplar
como el cuerpo sin vida de Jálibu se levantaba con una apariencia terrible y
poderosa. Ya no se parecía al de antes, se había transformado de forma
espectacular. Ahora su armadura era brillante y amenazadora. Estaba adornada
con toda clase de figuras tétricas con forma de calavera y cráneos humanos. Su
rostro era aun más aterrador y lo llevaba cubierto por un yelmo alargado con
forma de corona que solo dejaba ver dos ojos iluminados por una luz azul llena
de odio.
El anciano
Flaimer empezó a jadear pesadamente, inconscientemente había dejado de respirar
por unos instantes y su pulmones ardían pidiendo oxígeno. Del nuevo cuerpo de
Górmul brotaba una energía terrible, un aura de corrupción que alejaba todo
rastro de vida. Con el rostro contra el suelo sintió como la hierba se pudría
ante la presencia de aquel ser, la tierra se cuarteaba quedando seca y estéril.
Los no muertos se arrodillaron frente a Górmul, el capitán troll hizo lo mismo.
La extraña magia azul que fluía en los cuerpos de aquellas abominaciones brilló
con gran intensidad ante la presencia de su señor.
Titón
no soportó más el cansancio, sintió una profunda angustia y el miedo se instaló
en su corazón. Pensando que Dambil estaba perdida se desmayó, perdió el
conocimiento y sus ojos se cerraron para hundirse en la más profunda oscuridad.
FIN DE LA PRIMERA
PARTE
me gusta mucho y como siempre con la intriga. maestro eres genial
ResponderEliminarrosa
Me gustó mucho . Lo que más me ha gustado es la primera parte. Es genial.
ResponderEliminarDalia
Veo que las fuerzas del mal toman mucho poder!
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